Causas del dolor de cadera

dolor de cadera

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El dolor de cadera es una de las quejas más habituales en nuestra consulta. Se puede deber a una extensa variedad de problemas. La ubicación precisa del dolor de cadera puede proporcionar pistas valiosas sobre la causa no diagnosticada. A continuación, veremos todo sobre esta dolencia.

¿Qué es el dolor de cadera?

La cadera es una de las mayores articulaciones del cuerpo. Se encarga de soportar el peso de todo el cuerpo y de gran parte de su movilidad, por lo que los dolores de cadera son muy comunes.

El dolor de cadera se define, pues, como todas las molestias que puedan aparecer en la cadera o alrededor de la misma, que incluyen la ingle, el muslo o la rodilla. El envejecimiento y el uso de la articulación pueden afectar a la libertad de movimiento.

Pronóstico

Generalmente los dolores de cadera no suelen ser muy graves y suelen deberse al envejecimiento y el uso excesivo de la articulación, como en el caso de ciertos deportistas.

Sin embargo, las caderas son muy importantes para mantener la movilidad en general, y el dolor puede hacer que todas las actividades diarias resulten dolorosas e incluso difíciles, también en pacientes jóvenes. Solamente salir de la cama, ir a pasear o subir escaleras puede ser un suplicio. En los casos más graves, incluso moverse o apoyarse sobre la cadera o pierna afectada puede ser muy doloroso. En estos casos es necesario acudir al especialista, y determinará el tipo de tratamiento, o incluso si es necesaria una operación.

Síntomas del dolor de cadera

El dolor de cadera no solo puede afectar a la articulación en sí, sino que puede irradiarse a muchas zonas relacionadas, como son los muslos, las ingles, las nalgas…

Algunos síntomas comunes que producen los problemas en la cadera son:

  • Dificultad para caminar o mantenerse de pie.
  • Dificultad o no poder agacharse ni doblar la cadera.
  • Hinchazón en los glúteos.
  • Fiebre.
  • Dolor en la zona estando sentado o incluso en la cama.
  • Sensación de calor en la zona dolorida.
  • Dolor referido a otras zonas, como dolor en las rodillas.
  • Dolor que empeora después de hacer ejercicio, correr o dar un paseo.
  • Disminución del rango de movimiento, tanto de la cadera como de las piernas.
  • Ligera cojera.
  • Dolor punzante en uno de los lados de la cadera.
  • Dolor lumbar.
  • Dolor en los glúteos y la pelvis.

Pruebas médicas para el dolor de cadera

El dolor de cadera puede sufrirse en distintas zonas que rodean la articulación, como se ha mencionado anteriormente, de manera que es importante la localización específica del dolor para ayudar a diagnosticar la causa que lo está produciendo. El dolor en la propia cadera o en la ingle puede que se deba a un problema en sí misma pero si el dolor se ubica en la parte superior de los muslos o en las nalgas, puede que se deba a un problema en los tejidos blandos.

Para identificar de dónde procede la causa serán necesarios diferentes estudios:

  • Anamnesis, para descartar las denominadas banderas rojas.
  • Descartar patologías intra-articulares y extra-articulares, así como dolores referidos a otras estructuras vecinas (lumbares y sacro, nervios periféricos, sistema genitourinario y aparato gastrointestinal).
  • Exploración física por parte del especialista, donde pedirá al paciente que señale la ubicación del dolor, también estando de pie (denominado Test de Fortin). Además, se analizará también la hipersensibilidad a la palpación y si el paciente sufre dolor al elevar la pierna, bajando las escaleras con una pierna, quedarse a la pata coja…
  • Diagnóstico diferencial para descartar lesiones en la región lumbar de la columna vertebral.
  • Diversos test, cuando se sospecha de alguna patología en concreto.
  • Si alguna condición sale positiva en estos test, se recomendará realizar una prueba de imagen para confirmar las sospechas del especialista.
  • Cuando sean condiciones intra-articulares se recomendará también una artroresonancia. En lesiones tendinosas, una resonancia magnética o una ecografía.

¿Cuáles son las causas del dolor de cadera?

Existen diversas causas principales del dolor de cadera:

  • Fracturas de cadera.
  • Artritis.
  • Pubalgia.
  • Artrosis de cadera.
  • Ruptura del rodete glenoideo.
  • Osteonecrosis de cadera, que se produce cuando hay una interrupción del suministro de sangre al hueso.
  • Infección en los huesos o articulaciones de la zona.
  • Distensión muscular en la ingle.
  • Bursitis, producida por una fricción entre los tendones, los músculos y los huesos.
  • Síndrome de cadera en resorte.
  • Sinovitis de cadera.
  • Síndrome del piriforme, que suele confundirse con la ciática porque produce un dolor que irradia hacia las piernas.
  • Tendinitis, cuando se inflaman los músculos y tendones ubicados alrededor de la cintura.
  • Osteoporosis, que se caracteriza porque hay una disminución de la densidad ósea.
  • Osteoartritis, asociada a la pérdida de cartílago.

¿Se puede prevenir?

Prevenir el dolor de cadera dependerá de la causa subyacente, pero es aconsejable:

  • Mantener un peso ideal y equilibrado, de acuerdo a la edad y constitución del paciente.
  • Realizar movimientos de resistencia de cadera, siempre sin dolor.
  • Dar paseos frecuentes, con periodos de reposo si fuera necesario.
  • Practicar natación y/o bicicleta sin resistencia, para así asegurarse el movimiento de la articulación.
  • Correr en superficies lisas, y mejor en caminos que en cemento.
  • Utilizar plantillas si el paciente tiene pies planos.
  • Evitar correr cuesta abajo y hacerlo caminando.

Por otra parte, se recomienda evitar:

  • Estar mucho rato de pie, sin moverse.
  • Sentarse en lugares o asientos muy bajos o blandos durante mucho rato.
  • Cargar pesos de manera excesiva.
  • Automedicarse.

Tratamientos para el dolor de cadera

En un primer lugar se intentará un tratamiento conservador que no requiera de medicación, tales como ejercicios de Fisioterapiacontrolar el peso y adelgazar si fuera necesario, terapias con calor y frío, terapias físicas, etc.

Si esto no diese resultado es posible que se requiera de tratamiento farmacológico con antiinflamatorios analgésicos, inyecciones de corticoesteroides u otros.

En caso de que la patología no se pueda solucionar con tratamientos más conservadores tendrá que recurrirse a la cirugía, que podrá incluir una atroplastia de cadera, un reemplazo de la articulación mediante una prótesis de cadera, un lavado articular o una fusión ósea, entre otros procedimientos.

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