Traumatólogo especialista en cadera y rodilla
Traumatólogo especialista en cadera y rodilla
Traumatólogo especialista en rodilla
Dentro de la artrosis, la rodilla toma un papel importante ya que el 29% de la población de más de 60 años presenta una artrosis sintomática de la rodilla. Al igual que en la cadera, el dolor es el síntoma principal y se desencadena cuando el paciente se levanta e inicia la marcha, que mejora con el movimiento para volver a reaparecer con la actividad prolongada . También es un dolor de tipo cíclico, unas veces duele y otras el paciente está sin dolor.
La rigidez es otro síntoma importante, es matutina o postreposo, moderada y de corta duración. Como consecuencia del dolor se produce una impotencia funcional y una limitación de la movilidad.
La Cirugía protésica consiste en sustituir las superficies articulares afectadas por una articulación artificial compuesta de metal y un plástico (polietileno). Para poder realizar este procedimiento es necesario separar todas las estructuras musculares, ligamentos y cápsula para acceder a la articulación afectada. Posteriormente se resecan los extremos óseos afectados y se impactan a presión ,o añadiendo un cemento óseo, en el hueso. Actualmente, existen diferentes materiales y tipos de próstesis en el mercado, pero en general, tienen unos resultados bastantes similares y con una duración entre 15 y 20 años, dependiendo de la sobrecarga a la que sometamos a la prótesis.
En la cirugía protésica de la rodilla se sustituye las superficie articular del fémur con un componente metálico adaptado a los cóndilos femorales y en la tibia se coloca un platillo metálico al que se le une un componente de plástico (polietileno). No en todos los casos, se sustituye la superficie articular de la rótula por un botón de plástico.
La cirugía protésica está indicada en aquellas personas que presentan un grado avanzado de artrosis, con dolor diario que no remite con un tratamiento médico adecuado y con una limitación funcional que le limita sus actividades cotidianas. Generalmente, se trata de pacientes mayores, aunque en ocasiones se dan casos en personas jóvenes.
El objetivo de la colocación de una prótesis es la eliminación del dolor y la mejora de la limitación funcional. Hay que tener en cuenta que una prótesis nunca será mejor que una rodilla o cadera en buen estado. Los paciente portadores de una prótesis, deben tener en cuenta las limitaciones de esta.
No se deben realizar actividades deportivas ni realizar trabajos pesados. Hay ciertas actividades que son peligrosas y debemos evitar: correr, deportes de contacto, deportes de saltos, ejercicios aeróbicos de alta intensidad, esquiar, tenis… Y hay actividades que si pueden realizar después de ser operado, tales como, nadar, jugar al golf, senderismo ligero, montar en bicicleta recreativa, bailes de salón, subir y bajar escaleras…
Aproximadamente entre un 80-90% de las prótesis duran más de 10 años. Una de las causas más frecuentes de fracaso de una prótesis es el despegamiento y aflojamiento de los componentes del hueso. Este aflojamiento está en relación con el sobrepeso y con un nivel de actividad elevado.
Las prótesis pueden ser de Polietileno (Plástico), de cerámica o de metal y pueden fijarse al hueso mediante cemento o sin cemento, dependiendo las circunstancias del paciente. En el caso de la cadera podemos encontrar diferentes tipos o modelos de prótesis, estas son:
PRÓTESIS TOTAL DE RODILLA ESTÁNDAR:
Aunque existen diversos tipos de prótesis primarias de rodilla, dependiendo de la casa comercial, todas comparten le mismo fundamento y consiste en sustituir la superficie articular del fémur con un componente metálico adaptado a los cóndilos femorales y en la tibia se coloca un platillo metálico al que se le une un componente de plástico (polietileno). No en todos los casos, se sustituye la superficie articular de la rótula por un botón de plástico.
PRÓTESIS UNICOMPARTIMENTAL:
En este tipo de prótesis tienen el objetivo de sustituir sólo la parte afectada de la articulación, es decir, se sustituye el cóndilo femoral medial o lateral afectado y la parte correspondiente de la tibia. Dejando el resto de la articulación en su estado natural.
PRÓTESIS DE RESCATE O REVISIÓN:
Al igual que ocurre en la cadera, este tipo de prótesis se usan cuando una prótesis primaria falla o fracasa. Están diseñadas para corregir los defectos óseos, inestabilidades u otro tipo de problemas ocasionados en la cirugía de retirada.
OSTEOTOMÍAS DE CORRECCIÓN
Las complicaciones más importantes de la implantación de una prótesis son:
El objetivo fundamental del tratamiento de la artrosis es aliviar el dolor, mejorar la capacidad funcional y retardar la progresión de la enfermedad.
El primer paso es establecer una pauta de tratamiento farmacológico para intentar controlar la sintomatología. Actualmente, existen en el mercado una gran variedad de medicamentos destinados a disminuir el dolor. Se debe acudir al Traumatólogo para que adapte la mejor opción terapéutica para cada paciente.
El tratamiento rehabilitador, actúa sobre todo en la educación del paciente (programas de autoayuda, aceptación de su enfermedad…), la pérdida de peso mejora la sintomatología, ejercicios de tipo aeróbico de baja intensidad que incrementa la fuerza muscular y mejora la circulación, el dolor y la movilidad articular.
Cuando todo lo anterior ha fallado, y no hemos tenido una mejoría del dolor y de la calidad de vida, la CIRUGÍA PROTÉSICA DE RODILLA es efectiva en cuanto la disminución del dolor y de la limitación funcional.
Los meniscos de la rodilla son dos estructuras cartilaginosas con forma de semilunas situadas entre el fémur y la tibia de forma que aumenta la congruencia articular entre las dos superficies articulares. Además, tienen la función de distribuir (o amortiguar) las fuerzas entre estos dos huesos fémur y de dar mayor estabilidad a la articulación de la rodilla.
En la rodilla encontramos dos meniscos, el interno y el externo. En menores de 45 años el mecanismo de producción es una torsión de la rodilla, generalmente cuando se realiza una actividad deportiva. En personas mayores de 45 años, el menisco es más débil, y se suelen lesionar con un traumatismo de menor intensidad como al levantarse de una posición de cuclillas.
RUPTURA DEL LIGAMENTO CRUZADO ANTERIOR (LCA) se localizan dentro de la articulación de la rodilla e impiden que la tibia se desplace hacia delante con respecto al fémur. Además, aportan una estabilidad rotacional a la rodilla.
La lesión del LCA es más frecuente que la del LCP, y además, se suelen asociar a otro tipo de lesión como por ejemplo a la lesión del LLI y del menisco medial. La rotura del LCA no suele sanar por si sola si la dejamos evolucionar y aunque, algunas personas pueden vivir con una rotura del LCA, por lo general se crea una inestabilidad de la rodilla que puede hacer fallar a esta al realizar actividades deportivas e incluso en sus actividades cotidianas.
El síntoma fundamental es DOLOR en la rodilla afectada, puede ser un dolor localizado en el lado de la rodilla del menisco lesionado, o bien puede ser un dolor difuso de toda la rodilla. Este dolor puede ser continuo o bien estar relacionado con determinados movimientos, como subir y bajar escalera, al hacer giros,.. También podemos tener un BLOQUEO DE LA RODILLA ( incapacidad para extender completamente la rodilla ) si hay un fragmento grande de menisco roto. A todo esto se le puede añadir un INFLAMACIÓN DE LA RODILLA Y UNA INESTABILIDAD DE LA RODILLA, en caso de la ruptura del ligamento cruzado anterior.
Ante un dolor de estas característica, sería recomendable acudir al especialista para confirmar el diagnóstico. Este se hace con una exploración física exhaustiva y con pruebas de imagen (la RESONANCIA MAGNÉTICA).
Ante una rotura meniscal aguda el tratamiento va dirigido a disminuir el dolor y la inflamación de la rodilla. Si estamos ante un bloqueo de rodilla, es importante acudir a un centro hospitalario para intentar desbloquear la rodilla, y puede ocurrir que esto no se consiga y se precise cirugía.
Dependiendo de la localización de la rotura, esta puede cicatrizar si la dejamos evolucionar o no. Si el dolor y la inestabilidad persiste y nos limita nuestra actividades cotidianas puede estar indicado la cirugía para su reparación. Actualmente, la CIRUGÍA ARTROSCÓPICA es el gold estandar. La reparación artroscópica consiste en introducir una cámara de televisión y los instrumentos especiales a través de dos pequeñas incisiones. Mediante visión directa de la articulación y de los meniscos se realiza la retirada de la parte de menisco desgarrado o, si la localización de la rotura lo permite, se puede intentar la sutura de la misma, asi como, en los casos indicados se puede realizar la reconstrucción o sutura del LCA.
PRÓTESIS TOTAL DE RODILLA ESTÁNDAR:
Aunque existen diversos tipos de prótesis primarias de rodilla, dependiendo de la casa comercial, todas comparten le mismo fundamento y consiste en sustituir la superficie articular del fémur con un componente metálico adaptado a los cóndilos femorales y en la tibia se coloca un platillo metálico al que se le une un componente de plástico (polietileno). No en todos los casos, se sustituye la superficie articular de la rótula por un botón de plástico.
PRÓTESIS UNICOMPARTIMENTAL:
En este tipo de prótesis tienen el objetivo de sustituir sólo la parte afectada de la articulación, es decir, se sustituye el cóndilo femoral medial o lateral afectado y la parte correspondiente de la tibia. Dejando el resto de la articulación en su estado natural.
PRÓTESIS DE RESCATE O REVISIÓN:
Al igual que ocurre en la cadera, este tipo de prótesis se usan cuando una prótesis primaria falla o fracasa. Están diseñadas para corregir los defectos óseos, inestabilidades u otro tipo de problemas ocasionados en la cirugía de retirada.
OSTEOTOMÍAS DE CORRECCIÓN
En la cirugía artroscópica de rodilla pueden surgir los siguientes riesgos:
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