Traumatólogo especialista en hombro, codo y mano
Traumatóloga especialista en hombro, codo y mano
Traumatóloga especialista en hombro
Traumatólogo especialista en hombro, codo y mano
Traumatólogo especialista en mano y codo
La artroscopia de muñeca es una cirugía en la que se usa una cámara e instrumentos quirúrgicos de pequeño tamaño para reparar tejidos dentro o alrededor de la muñeca. El procedimiento le permite al médico detectar problemas y hacer reparaciones en la articulación sin necesidad de hacer grandes cortes en la piel. Esto permite que el paciente experimente menos dolor y recuperarse con mayor rapidez. Lo normal es hacerla bajo anestesia local. Esto significa que estará dormida la zona y no sentiremos ningún tipo de dolor.
Durante el procedimiento, el cirujano hace lo siguiente:
El síndrome del túnel del carpo es una lesión producida por una presión excesiva en el nervio mediano. Este es el nervio que permite la sensibilidad y el movimiento de algunas zonas de la mano. El síndrome del túnel carpiano puede provocar entumecimiento, hormigueo, debilidad, o daño muscular en la mano y dedos.
El nervio mediano proporciona sensación y movimiento en el lado de la mano en el que se encuentra el dedo pulgar. Esto incluye la palma de la mano, el dedo pulgar, el dedo índice, el dedo medio, y el lado del dedo anular del lado del pulgar.
La zona en la muñeca donde el nervio entra en la mano se llama túnel carpiano. Este normalmente es angosto. Cualquier inflamación puede pellizcar al nervio y causar dolor, entumecimiento, hormigueo o debilidad. Esto se llama síndrome de túnel carpiano.
El síndrome del túnel carpiano puede ser causado por hacer el mismo movimiento de la mano y la muñeca una y otra vez. El uso de herramientas manuales que vibran también puede llevar a este síndrome. Algunas actividades de riesgo son escribir en una computadora, utilizar un ratón o repetir movimientos al trabajar, tocar un instrumento musical o practicar deportes.
El síndrome del túnel carpiano ocurre casi siempre en personas de 30 a 60 años de edad y es más común en las mujeres que en los hombres.
La artritis, la ruptura del cartílago de la articulación que puede provocar inflamación con dolor, rigidez e hinchazón son algunas de las principales causas. Además también puede ser por el síndrome del túnel carpiano, presión sobre el nervio de la muñeca u otros problemas de los nervios que provocan el entumecimiento y dolor en la mano y los dedos.
Para aliviar el dolor debemos actuar ante los primeros síntomas. Se pueden hacer movimientos que nos ayuden a descomprimir el nervio. Estirar las manos y flexionas las muñecas llevando los dedos hacia el suelo y hasta el techo. Después, debemos hacer llo mismo con los puños cerrados.
Primero debemos asegurarnos del diagnóstico visitando a un especialista. Después en caso de esguince grado I de muñeca aconsejaremos reposo, aplicación de frío local y una muñequera o un vendaje elástico simple junto a un tratamiento antiinflamatorio a demanda.
Algunas señales y síntomas que nos pueden indicar que sufrimos un esguince de muñeca son:
La primera medida que hay que tomar cuando padecemos de muñeca abierta es guardar reposo para evitar que los ligamentos se sigan forzando. El siguiente paso consiste en bajar la inflamación de los ligamentos, aplicando frío para ayudar a aliviar la inflamación y el dolor. En ocasiones será necesario tomar algún antiinflamatorio.
Las causas más comunes del esguince de muñeca son las caídas y traumatismos. Es muy habitual que ante una caída se extienda automáticamente la mano para amortiguar el golpe. Al ejercer toda esa presión sobre la articulación se puede desgarrar los ligamentos de la muñeca provocando la lesión.
La inestabilidad del carpo es una causa frecuente de dolor de muñeca, pérdida de movimiento y presencia de disfunción. Si no se diagnostica y se trata correctamente, puede ocasionar la presencia de dolor crónico, debilidad y / o artritis degenerativa.
El carpo es una compleja unión de 8 huesos dispuestos en dos filas que se articulan con el radio y el fibrocartílago triangular. Estos huesos están unidos por ligamentos, que juegan un papel importante en la función y estabilidad de esta estructura.
Para el diagnóstico existen numerosas pruebas. Es crucial atender a los signos y síntomas del paciente para establecer un diagnóstico óptimo y posterior tratamiento. Las pruebas de imagen también son una herramienta valiosa.
Para el tratamiento, la fisioterapia es una herramienta eficaz para el tratamiento conservador de esta patología: fortalecimiento, educación del paciente, prescripción de férulas, movilización articular, entrenamiento propioceptivo, terapia de espejo y electroterapia. Para los casos en que no funciona se puede necesitar tratamientos quirúrgicos.
La Tendinitis de Quervain es una inflamación de los tendones del primer compartimento extensor de la mano, abductor largo y extensor corto del pulgar, produciendo dolor con los movimientos del dedo pulgar. Es la segunda tendinitis más frecuente en la mano tras los dedos en gatillo.
Los tendones abductor y extensor corto del pulgar se encuentran cubiertos por una polea a nivel de la estiloides radial. Si se produce una inflamación del tendón o de su vaina por traumatismos repetitivos, el desplazamiento del tendón dentro de esta polea se verá alterado.
Los movimientos que se realizan con el pulgar producirán dolor y molestias, lo que llevará a una alteración de la función de la mano, disminuyendo el rendimiento para realizar tareas. En la medida que persista la inflamación, los movimientos de la mano van a llevar a que esta lesión se perpetúe en el tiempo.
La enfermedad es más frecuente entre las mujeres con bebés. Se debe a que levantan al bebé en forma repetida y en la medida que el niño crece, aumenta su peso, y se va produciendo mayor fricción lo que desencadena los síntomas.
La rizartrosis o artrosis del Pulgar es una de las patologías degenerativas más habituales que afectan a las articulaciones de la mano y la muñeca, siendo un motivo de consulta muy frecuente en la consulta de cualquier traumatólogo especializado en la mano.
En condiciones normales, las articulaciones tienen cartílagos, que cubren el extremo de los huesos y sirve como un amortiguador para permitir un movimiento suave y sin dolor. En la rizartrosis o artrosis del Pulgar, el cartílago se desgasta, causando un contacto directo entre esas superficies óseas, lo que provoca dolor y frecuentemente una deformidad en la articulación.
La rizartrosis tienen una gran repercusión en nuestra vida diaria, ya que acciones como manipular, coger, levantar o sujetar objetos pueden producir dolor intenso y si es avanzada puede constituir una importante limitación de dichas funciones. Por lo que es importante diagnosticarla a tiempo para poder tratarla.
La artrosis de mano y muñeca es una patología donde se produce de forma progresiva la degeneración del cartílago que recubre las articulaciones. Se diferencia de la Artritis, debido a que ésta se trata de un proceso inflamatorio sistémico, donde los tejidos se van degenerando de forma rápida y no controlada. La artrosis generalmente suele ser primaria o puede ser secundaria a otras patologías y a traumatismos. Es bastante más frecuente en mujeres que en hombres y en especial en personas de edad avanzada.
El diagnóstico se hace con la revisión del historial clínico y pruebas médicas. En la consulta del especialista, tras la exploración, se puede solicitar radiografías para valorar el grado de afectación articular.
Los síntomas pueden variar en función de la localización. Los principales síntomas son el dolor, deformidad progresiva, crepitación o chasquido articular y la rigidez matutina que limita progresivamente la movilidad. El dolor es especialmente mecánico, al realizar actividades, aumentando al final de la actividad laboral.
La fractura de la mano es una rotura de uno o más huesos de la mano. Esta lesión puede producirse por traumatismos directos o por un golpe en una caída. Los accidentes de tráfico pueden provocar la fractura de los huesos de la mano, a veces en varias partes, y a menudo requieren de tratamiento quirúrgico.
El riesgo de fracturarse la mano es mayor en personas que realizan deportes de contacto como balonmano o rugby. También es habitual en personas con un trastorno que hace que los huesos sean más frágiles, como la osteoporosis.
Es importante tratar la fractura de la mano tan pronto como sea posible. De lo contrario, los huesos podrían soldarse en la alineación incorrecta, afectando a nuestra capacidad para realizar actividades cotidianas, como escribir o abotonar una camisa. El tratamiento oportuno también ayuda a minimizar el dolor y la rigidez.
