Con el aumento de la esperanza de vida, cada vez son más habituales ciertas enfermedades y patologías degenerativas, como es el caso de la artrosis. A continuación, vamos a ver más en profundidad de qué se trata esta lesión articular, cómo prevenirla y qué tratamientos tenemos.
¿Qué es la artrosis?
La artrosis es una enfermedad degenerativa que afecta a las articulaciones y al cartílago. Se produce cuando el cartílago que protege y amortigua los extremos de los huesos se desgasta con el paso del tiempo.
Además produce una cierta incapacidad, pero es difícil que provoque invalidez. A medida que la enfermedad avanza, los cartílagos desaparecen y se produce un dolor intenso. Entonces, el hueso reacciona creciendo por los lados y produciendo una deformación.
Esta enfermedad afecta especialmente a las mujeres mayores de 55 años.
Síntomas de la artrosis
Los síntomas más comunes son los siguientes:
- Dolor articular
- Dificultad en la movilidad
- Crujidos en las articulaciones
- Derrame articular
- Rigidez
- Deformidad de las articulaciones
Estos síntomas varían en función del paciente, y se intensifican de forma progresiva. El dolor articular, que es el síntoma más común, aparece al principio con el movimiento y cesa con el reposo, pero el agravamiento provocará que el dolor permanezca en reposo.
Pruebas médicas
Para diagnosticar esta enfermedad, se debe realizar un examen físico para revisar diferentes aspectos de la articulación afectada como: sensibilidad, inflamación, flexibilidad y enrojecimiento.
Por otro lado, se deben realizar una serie de pruebas por imágenes, como las siguientes:
- Radiografías
- Imágenes por resonancia magnética
También se pueden realizar análisis de laboratorio, como análisis de sangre para descartar otras causas de dolor articular, o análisis del líquido sinovial para detectar y determinar si el dolor es causado por gota o una infección en lugar de por artrosis.
¿Cuáles son las causas de la artrosis?
Actualmente no se conocen con exactitud las causas de aparición de la artrosis, pero existen una serie de factores de riesgo asociados a la misma:
- Genética: en más del 60% de los casos la herencia genética influye en la aparición de artrosis.
- Actividad física: los deportistas y personas que mantienen una actividad física elevada tienen un mayor riesgo de padecer artrosis.
- Jornada laboral: los trabajadores que repiten movimientos articulares en su jornada laboral pueden desarrollar a largo plazo un desgaste de las articulaciones y sobrecarga articular, lo cual puede desencadenar artrosis.
- Menopausia: la artrosis afecta más a mujeres que han llegado a la menopausia, y esta situación se debe a la disminución de estrógenos que se da en esta etapa.
- Lesiones: las fracturas y traumatismos en las articulaciones pueden influir en desencadenar la artrosis.
- Obesidad: aunque no interfiere directamente en la aparición de la artrosis, la obesidad influye en el desgaste articular y por tanto en la progresión de la enfermedad.
¿Se puede prevenir?
Para evitar los factores de riesgo y, por tanto, prevenir la artrosis es muy importante seguir una alimentación equilibrada, como la dieta mediterránea, así como realizar ejercicio habitualmente, pero de forma moderada, evitando el desgaste de las articulaciones. Evitar la obesidad es clave, así como no cargar mucho peso.
Tratamientos de la artrosis
El objetivo en el tratamiento es evitar o reducir el dolor y mejorar la movilidad. En este sentido, existen diferentes opciones de tratamiento:
- Fisioterapia: Para tratar la artrosis, el especialista médico recomendará al paciente una serie de ejercicios a realizar, adaptados a su situación y capacidades, con ayuda de un fisioterapeuta.
- Tratamiento farmacológico: en la mayoría de casos se prescriben antiinflamatorios o analgésicos para reducir la hinchazón y por tanto el dolor. También pueden prescribirse medicamentos condroprotectores, que pueden ralentizar el progreso de la enfermedad.
- Tratamiento quirúrgico: la artrosis en estados muy avanzados puede necesitar cirugía protésica.