Las lesiones tendinosas son problemas comunes que afectan a personas de todas las edades y niveles de actividad física. Los tendones desempeñan un papel fundamental en el movimiento y la estabilidad de nuestras articulaciones, pero también son propensos a sufrir lesiones debido a la sobrecarga, traumatismos o desgaste crónico.
Estas lesiones pueden ser dolorosas y limitar nuestra capacidad para realizar actividades diarias y deportivas. En este artículo, exploraremos las causas de las lesiones tendinosas, los síntomas que indican su presencia y las opciones de tratamiento disponibles para promover una recuperación efectiva.
Qué son las lesiones tendinosas
Los tendones son estructuras fibrosas que conectan los músculos con los huesos, permitiendo el movimiento y la transmisión de fuerza. Sin embargo, los tendones también son propensos a sufrir lesiones, ya sea por el desgaste crónico o por traumatismos agudos. Estas lesiones tendinosas pueden resultar dolorosas y limitar la funcionalidad.
Causas
Las lesiones tendinosas pueden ser el resultado de diferentes factores, entre ellos:
- Sobrecarga crónica: La repetición constante de movimientos o la realización de actividades que ejercen un estrés excesivo sobre un tendón en particular puede llevar a la degeneración gradual y a la aparición de lesiones.
- Traumatismos agudos: Un impacto directo, una caída o una lesión deportiva pueden causar una ruptura parcial o completa del tendón.
- Envejecimiento: A medida que envejecemos, la capacidad de los tendones para repararse disminuye, lo que aumenta el riesgo de sufrir lesiones tendinosas.
- Factores biomecánicos: La biomecánica incorrecta, como una mala alineación o desequilibrios musculares, puede ejercer una tensión desigual sobre los tendones, aumentando el riesgo de lesiones.
- Factores genéticos: Algunas personas pueden tener una predisposición genética a desarrollar lesiones tendinosas, como la tendinitis crónica.
Síntomas
Los síntomas de las lesiones tendinosas pueden variar según la gravedad y la ubicación de la lesión, pero generalmente incluyen:
- Dolor: El dolor puede ser agudo, punzante o sordo, y se localiza en el área afectada del tendón. El dolor puede empeorar con el movimiento o la actividad física.
- Hinchazón: El tendón lesionado puede presentar inflamación, enrojecimiento y sensibilidad al tacto.
- Limitación del movimiento: Las lesiones tendinosas pueden dificultar la movilidad normal de la articulación asociada, lo que puede afectar la amplitud de movimiento y la fuerza.
- Crepitación: En algunos casos, se puede sentir o escuchar un sonido crujiente o chirriante al mover la articulación afectada.
Tratamiento
El tratamiento de las lesiones tendinosas puede variar según la gravedad de la lesión y la ubicación específica del tendón afectado. Aquí se presentan algunas opciones de tratamiento comunes para las lesiones tendinosas:
- Reposo y protección: Descansar el tendón lesionado es esencial para permitir que se recupere. Evitar actividades que causen dolor o estrés adicional en el tendón ayuda a prevenir daños adicionales. En algunos casos, puede ser necesario el uso de férulas, vendajes o dispositivos de inmovilización para proteger el área afectada y permitir una mejor cicatrización.
- Aplicación de frío y calor: La aplicación de hielo en el área lesionada durante las primeras 24 a 48 horas puede ayudar a reducir la inflamación y el dolor. Después de ese período, aplicar calor mediante compresas calientes o baños calientes puede promover la circulación sanguínea y la relajación muscular.
- Medicamentos antiinflamatorios: Los medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE), como el ibuprofeno o el naproxeno, pueden ayudar a aliviar el dolor y reducir la inflamación en el área afectada. Sin embargo, es importante seguir las indicaciones del médico y no abusar de estos medicamentos debido a posibles efectos secundarios.
- Fisioterapia: Un fisioterapeuta puede desempeñar un papel fundamental en el tratamiento de las lesiones tendinosas. Pueden desarrollar un programa de rehabilitación que incluya ejercicios de fortalecimiento y estiramiento para los músculos y tendones afectados. La terapia física también puede incluir técnicas de terapia manual, como masaje terapéutico, movilización articular y técnicas de estiramiento específicas.
- Terapia con ultrasonido o electroterapia: Estas modalidades de terapia física pueden ayudar a estimular la curación y reducir el dolor mediante la aplicación de ondas sonoras o corrientes eléctricas suaves en el área afectada.
- Infiltraciones de corticosteroides: En algunos casos, se puede considerar la administración de inyecciones de corticosteroides en el área afectada para reducir la inflamación y aliviar el dolor. Sin embargo, su uso debe ser supervisado por un médico y limitado debido a posibles efectos secundarios, como el debilitamiento de los tendones.
- Cirugía: En casos de lesiones tendinosas graves o rupturas completas, la cirugía puede ser necesaria para reparar el tendón. Esto puede implicar suturar el tendón o realizar una reconstrucción utilizando tejidos donantes o sintéticos. La cirugía generalmente se considera cuando otros tratamientos no han sido efectivos.
Es importante recordar que cada lesión tendinosa es única y requiere un enfoque individualizado. Por lo tanto, es esencial consultar a un médico o especialista en medicina deportiva para obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado para su lesión tendinosa específica.